19 de marzo de 2011

Y entonces se da cuenta. No es nadie. Sencillamente camina por la calle, como cualquiero otro. Qué pensarán los demás al verla?
Me he encontrado con una chica esta mañana. Sí, le brillaba el pelo, rubio oscuro. Unos ojos azules resaltaban sobre su piel bronceada en estos días de verano. Sí, vaya ojos, de un azul tan intenso. Y pestañas largas, espesas; si las miradas matasen...
Pero ella pasea ajena a todo esto. Sueña. Con un futuro aún incierto, con esa casa, ese coche, ese trabajo. Y sigue soñando. Con algo un poco más real, con esa persona especial que ya está dentro de su vida, que la llena por dentro, que la hace tener ganas de reir, de llorar, de gritar y de olvidar.
Porque todos tenemos algo que olvidar, ella también.
Y aun así, por muy difícil que puedan ser las cosas, por muchos obstáculos que se encuentre, ella sigue adelante. Ella vive. Cierra los ojos y olvida, ignora esos carteles que la recuerdan, que la persiguen, que la hacen flaquear cuando está sola; después piensa en él.
Lo sabe, no es fácil, está lejos, muy lejos de ella. Pero queda poco, pequeña. No caigas, resiste hasta el final, y un día comprenderás que todo ese esfuerzo no ha sido en vano.
Lo más importante ahora es no pararse en el camino, disfrutar de lo que se ve mientras se lucha y hacer como ella... vivir.

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