22 de marzo de 2011

Querida vida: (1)

Te habla una inofensiva chica que de repente se ha replanteado tu sentido. Desearía un armario como el de Serena van der Woodsen, una matrícula de honor en selectividad y el novio perfecto. Desearía arrasar allí donde vaya, despertar curiosidad sin llamar demasiado la atención, conocer a gente interesante, viajar a lugares inexplorados para luego vivir en París y vivir al límite hasta agotar todas mis fuerzas.
Pero en realidad me conformo con mis tres o cuatro personas especiales, con algunos colegas y el idiota ese que raya la cabeza más que nadie en el mundo, la famlia que tengo y las cosas que me gustan. Porque disfruto como nunca cuando canto, cuando bailo, cuando escribo y sobre todo, cuando siento. Porque me siento especial cuando me compro un conjunto precioso y al día siguiente lo estreno. Y me doy cuenta de que en realidad todo puede ir bien, que se puede ser feliz con pequeñas cosas, muy pequeñas. Sólo me alegro de haberlo descubierto a tiempo para poder enseñárselo al resto.

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